Santa Trinidad
Tus palabras fueron espinas
tu mirada de fuego fue,
la rosa aún mantiene pétalos.
Guardo tu joya en un abismo
tus caricias se resguardan en mi cielo
tratan de escapar mas no lo permito;
tan sólo una fusión.
Luchamos mil batallas,
yo guerra y tú paz;
Nunca supe distinguir entre ríos y lágrimas
fuista la tormenta de mis nubes,
me hiciste desangrar al punto de morir.
Extraño esos delirios que me indujiste,
cementerio de mis pasiones,
sendero del olvido.
Tus labios me encerraron,
intensa suavidad me obsequiaste,
yo en tu selva me perdí;
olor a fiebre,
sabor a intimidad.
En tu lengua me encuentro,
habito sin respiro,
tu lengua mi templo,
nuestra saliva nuestro orgasmo,
trono espiritual.
Besé tus ojos y así tu alma,
te redescubrí,
yo en ausencia me volé.
Fuiste la gota que mi locura derramó,
pasos a tientas que todo desbordó;
bella eutanasia, pasión insaciable
en nuestra santa trinidad.
Escrito el 15 de octubre de 1998 a las 00:12 hrs.