La vereda

Caminas en vano una vereda sin final. No intentes buscarme detrás de tí, hace mucho tiempo deje de caminar a tu lado. En el fondo sé que este resultado que obtuviste es lo que por mucho tiempo habías buscado. Demasiado tarde para disculpas pedir, para arrepentirte. La vida en sí es una elección, y aún así todavía no tienes el panorama completo. No seré yo quien intente levantarte nuevamente, he perdido demasiado con tu compañía.

A tu forma de ver la vida, para tí el cielo siempre será gris y no habrá nuevos amaneceres, a pesar de tu amor por la luna. Día a día las luces que iluminan tus pasos en aquella vereda se extinguen, me gustaría ver tu expresión la noche cuando finalmente se apague la última.

No soy

No soy aquel niño que siempre va a contracorriente y que a todo repela. No soy aquel joven que padece apatía por lo que le rodea. No soy aquel amigo a quien importen más cosas no trascendentales y que da cosas por sentado. No soy aquel estudiante que siente lástima por la mediocridad de sus compañeros. No soy aquel hijo que por costumbre tachan como la oveja negra sin ver las cosas positivas. No soy aquel novio que a veces debiera ser y que a pesar de querer simplemente no podré. No soy aquel líder como mucha gente intuye que soy. No seré aquel padre que llene de miedos a mis hijos y que les haga dudar durante la mitad de su vida. No soy ni seré aquella persona que ustedes creen, en lo absoluto.