martes, noviembre 01, 2005

Reflejos

Y para qué sentirte adorada
si no intentas quitarte
ese sabor a inquietud
de tus labios?
Paséate por mis sentidos
cruel destino fortuito
la diferencia es tu sonrisa
mientras me lavo en suciedad.
Te alejas inerte de mis latidos,
ya sabías que la noche no existía
mucho menos la ilusión;
abre el pecho,
deja volar el respiro
ardiente sepulcro inverosimil
que da rienda suelta
a mis sombras inclinadas
a mis reflejos inconstantes
a mi forma de ser
a mi forma de adorarte.

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