jueves, junio 23, 2005

El laberinto de la soledad

Todos tenemos un lado obscuro escondido en lo más recóndito de nuestro ser, yo estoy perdido en él. Me abandono en llanto y soledad, soledad del alma, soledad espiritual. En mi lado obscuro todo es sufrimiento; cada segundo que pasa se antoja a eternidades. No sé cómo llegué a aquí, esto me parece infinito, sin un principio, sin un final.
A vees lucho con el amor, en otras en contra de la vida. En ocasiones salgo avante, aunque generalmente me arrastro con lodo en el rostro. Caigo en lágrimas tratando de encontrar algo de felicidad, sonrío tratando de burlar a la depresión; lloro con la seguridad de que moriría por algo que me hiciera felíz. Vivo en cuativerio, ansiando salir a respirar la libertad.
La soledad se ha vuelto mi hogar, mi compañera que nunca me abandona. He llegado a sentirla como una fiel amiga. Me despierto y me juro que sigo durmiendo, me ensordece el ruido del silencio, tanto ruido que quiero gritar, pero me he quedado mudo.
Busco en todo recoveco posible algo, algo que me sirva como razón para intentar vivir otra vez; me enloquece la inquietud de la intranquilidad. Tantos sentimientos dentro de mí que se mezclan, amor con odio, alegría con tristeza, felicidad con amargura, paz absoluta con locura desquiciante. Siéntome moribundo espiritualmente, cual muerto viviente.
De vez en cuando me parece divisar una luz que nace enfrente de mí pero al acercarme a ella me doy cuenta de que es mi reflejo en un espejo, y no sé qué siginifica esto.
Existen momentos en los que creo escuchar tu voz lejana en mis pensamientos, esa voz que me transmite paz y tranquilidad, e imagino tu rostro en parte borroso por la torrente melancolía que ronda por aquí. Es éso lo que tanto busco y no logro retener, es lo que me hace seguir adelante cuando me encuentro en este laberinto de perdición. Podrías ser la luz que me iluminara el sendero correcto. Un dédalo es seguido por otro, más atroz y quebrantador de espíritus, como espirales sin un principio ni fin. ¿Será posible que tú pudieras mi salvación ser y que a mi lado por el resto de mis latidos permanezcas? Me ahogo en el odio y la desesperanza. De tiempo en tiempo sé que cruzas mi camino y que del pantano me rescatas. ¿Cómo puede ser esto posible? aquí todo es posible. Es por esta razón que intento no perder la fe que tú me inyectas, sé que contigo y tu guía hallaré la salida definita de este laberinto, el laberinto de mi soledad, y así poder comenzar a vivir.

3 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Rpimera vez en tu blog y se me ha hecho muy interesante. Sigue escribiendo.

Saluditos!!!

junio 24, 2005 5:10 p.m.  
Blogger Smells dijo...

Gracias por visitar! saludos!

junio 24, 2005 5:32 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Apenas escuche una canción que en realidad no es muy buena, pero se me quedaron grabadas un par de líneas y creo que podrían ser para tí:
"... y todo va a pasar,
pronto verás el sol brillar,
tú más que nadie mereces ser feliz.
Ya vas a ver cómo van sanando poco a poco tus heridas.
Ya vas a ver cómo va la misma vida a decantar la sal que sobra en el mar..."

julio 05, 2005 2:08 p.m.  

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